Hoy queremos que os quedéis con este dato: las bajas temperaturas congestionan la piel, lo que provoca la deshidratación (el frío hace que las venas se contraigan). Por lo que si los vasos sanguíneos están más contraídos existirá menos circulación de nutrientes y oxígeno.
Otra de las razones por la que nuestra dermis tiene esa carencia de agua es a causa los radiadores, los cuales provocan la evaporación de la humedad del ambiente.
¿CÓMO TENEMOS QUE CUIDARNOS LA PIEL?
Lo primero de todo es realizar una buena limpieza: por la mañana y también por la noche, limpia tu rostro con un producto como la leche/crema limpiadora (para que los productos que apliquemos posteriormente puedan penetrar perfectamente).
Protégela: elegir una buena crema hidratante, y mejor todavía si tiene factor de protección solar de 15 o 20 SPF es la clave para mantener tu piel con la humedad necesaria.
Trata de evitar: los cambios bruscos de temperatura, la calefacción, incluso el fumar agrava y reseca todavía más la piel.
Consejo: A pesar de que tengas mucho frío por las bajas temperaturas trata de no tomar duchas con agua excesivamente caliente, ya que conseguiremos que la piel se reseque.